jueves, 9 de diciembre de 2010

Una leyenda...enorme

Shadow Of The Colossus es un juego de acción-aventura que salió en febrero de 2006 en las tiendas europeas (un año antes en Norteamérica y Japón). Considerado una obra maestra, sigue quitando el aliento a más de uno por sus gigantes enemigos y su belleza visual. ¿El guión? Que yo sepa, no se oye ninguna palabra a lo largo del juego. ¿El argumento? Eso ya es otra cosa: pocos juegos han llegado a la profundidad moral de este título de Team ICO (ahora preparando un nuevo proyecto). Partiendo de la simple base de "salvar a una princesa" de su "eterno sueño" (guiño a la Bella Durmiente, de Disney), el protagonista (ignoramos su identidad) tendrá que enfrentarse a enormes colosos (en total 16) para poder salvarla. Sin embargo, lo que parecía sencillo en cuanto a la historia se convierte en todo un desafío moral, una moraleja en la que intervienen sonidos, sentimientos y un apoteósico final.



Con la ayuda de nuestro caballo Agro, deberemos atravesar el gigantesco entorno que nos rodea: bosques, montañas, ciudades en ruinas...sintiéndonos, en todo momento, solos en un mundo bello que fue habitado en generaciones pasadas. Un mundo aparentemente vacío que realmente tiene mucha, mucha vida. A medida que avancemos en la historia, deberemos ir derrotando colosos, con escenarios cada vez más difíciles, al igual que nuestros gigantescos enemigos. Una espada, un arco y unas flechas es todo lo que tendremos a lo largo del juego, además de nuestro fiel animal. Y es que esa atmósfera de soledad junto con una banda sonora orquestal hace que todo nos afecte más; que el juego pase de ser entretenimiento a la más pura poesía (algo muy difícil hoy en día ya que la gran mayoría de los videojuegos son pura pérdida de tiempo y para pasar el rato). Aquí tenéis una demostración. Realmente impresionante.



Personalmente, tras haber tenido la oportunidad de probar joyas como ésta, decir que no se necesitan numerosas horas para que un juego sea bueno. El problema, precisamente, es ese: la gran cantidad de horas que hay que meter en su mayoría. Sin embargo, estas obras maestras, excepciones del resto, hacen que no necesitemos mucho rato. Es puro amor al arte, así da gusto jugar. Por eso, mi conclusión es esta: los videojuegos son un negocio en el que de vez en cuando hay que participar cuando se dan oportunidades así. Incluso en estos casos podrían compararse al buen cine o la literatura. Si somos selectos, y no prejuiciosos; disfrutar y protagonizar leyendas épicas bien contadas demuestran que lo poco sabe a mucho. Como dice el refrán: si lo bueno es breve, doblemente bueno (en este caso, ENORMEMENTE bueno).


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